¿Puede la
Realidad Virtual ayudarnos a reducir el estrés? ¿De qué manera se relaciona la
conciencia plena o Mindfulness con el bienestar y el equilibrio emocional?
¿Cómo puede un vídeo de 360 grados acercarnos a nuestro eje y devolver un poco
de calma a nuestras vidas?
Aunque la
búsqueda de la conciencia plena o Mindfulness –como se ha bautizado en
occidente- tiene siglos de antigüedad en las culturas budistas, hoy en día se
ha extendido a todos los rincones del planeta y está siendo utilizada con éxito
para reducir el estrés y conseguir conectar con uno mismo; devolver un ritmo más
pausado y natural a nuestro día a día y ofrecernos bienestar espiritual, aunque
sea tan solo por unos minutos.
¿Qué es la
conciencia plena? Un estado mental, emocional y espiritual en el que nos
proponemos dejar pasar los pensamientos, apagar de alguna manera nuestra
maquinaria racional y entrar en contacto con nuestro ser íntimo y con el
momento presente, con nuestro cuerpo, nuestros sentimientos y nuestro entorno,
sin juicios, sin análisis previo ni posterior, sin activar pensamientos
asociados ni cadenas de causa y efecto; un estado en el que simplemente nos
permitimos dejarnos llevar y nos animamos a ser.
La Realidad
Virtual tiene mucho que ofrecer en este campo ya que muchas veces la búsqueda
del momento y el lugar en el que apagar los pensamientos y encontrar unos
minutos de paz y tranquilidad puede resultar complicado y las distracciones de
carácter interno y externo suelen dificultar aún más la tarea.
¿Qué pasaría si
para alcanzar la conciencia plena tuviéramos la ayuda de un espacio que
propiciara la desconexión de la realidad? ¿Cuánto más fácil y efectivo sería si
pudiéramos estar en un segundo -con solo ponernos las gafas VR– contemplando el
atardecer en una playa desierta, disfrutando de una mañana en el prado rodeados
de montañas o en medio de los sonidos del bosque viendo los rayos del sol
aparecer entre el follaje?
Psicólogos
e investigadores en todo el mundo han sacado conclusiones asombrosas acerca de
la influencia positiva y el poder terapéutico de la naturaleza en beneficio de
nuestro estado anímico, en la reducción del estrés y en el tratamiento de
estados de depresión o ansiedad. La interacción con un entorno natural, ya sea
real o virtual, repercute positivamente en nuestro estado mental y físico, nos
relaja, mejora nuestro rendimiento y nos devuelve nuestra capacidad de
atención; reduce la frecuencia cardíaca, disminuye en sangre el nivel de hormonas
causantes del estrés y activa en el cerebro las áreas asociadas a la empatía y
el altruismo a la vez que deja de irrigar las zonas donde se procesan el miedo,
la ansiedad y la depresión.
Demostrados
los beneficios de exponernos a entornos naturales, conectar con nosotros
mismos, entrar en sintonía con los ritmos pausados de la naturaleza, solo nos
quedaba sortear un obstáculo, desmantelar la última excusa.
La Realidad Virtual
nos permite acceder a estos beneficios en segundos sin importar dónde estemos, sin
preparativos, ni traslados, ni planificación; eliminando la posibilidad de
excusarnos por no tener el tiempo suficiente. Nunca vamos a poder reemplazar la
experiencia real de estar respirando el aire del bosque o mojándonos los pies
en la orilla mientras nos despeina la brisa del mar, pero regalarnos
diariamente unos instantes de naturaleza virtual en medio de la rutina y
permitirnos unos minutos de relajación, simple contemplación y conciencia plena
de nosotros mismos puede marcar una enorme y valiosa diferencia.
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